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Todavia oigo tu voz como si estuvieses ami lado.
No me quedan fuerzas, ni para olvidar.
Por favor, no me pidas que olvide algo que un día me dio vida. Algo que ahora no es más que una mera cicatriz. Esa y otras tantas cicatrices, junto con los recuerdos, quedan guardados en ese almacén que ya esta a rebosar, y medio roto. El corazón.
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